domingo, 7 de agosto de 2011



   Tarde.

Ganas de huir,  de no verte ni la sombra,  
de pensar que ésto fue un sueño o una pesadilla, 
que nunca apareciste, que nunca has existido. 


Ganas de besarte,  de coincidir contigo
de acercarme un poco y amarrarte en un abrazo, 
de mirarte a los ojos y decirte bienvenido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario